Todos sabemos que los audífonos o aparatos (como les solía
llamar la gente) sirven para que las personas con una pérdida auditiva puedan
oí mejor; pero ¿Cómo lo hacen?
Vamos a hablar un poco de la tecnología que permite
amplificar los sonidos y a diferenciar entre audífonos analógicos y digitales.
Antiguamente los audífonos
eran analógicos: entraba un sonido y amplificaba ese sonido, daba igual si el
sonido era fuerte o flojo, poco a poco fueron desarrollando formas de ecualizar
esos sonidos, aumentando agudos o graves según el tipo de pérdida auditiva o
limitando los sonidos demasiado fuertes mediante sistemas de filtros, esos
filtros ayudaban a que no se oyera demasiado fuerte pero limitaban el sonido y
alteraban la forma de oír.
A continuación llegaron los
audífonos digitales, que son los que se utilizan ahora; estos audífonos
permiten ajustar con mayor precisión los sonidos tanto suaves, como de
intensidad media o fuertes, permitiendo también ajustar mucho mejor las frecuencias
según las necesidades del usuario.
Entre otras características
de los audífonos digitales están (según el modelo) analizar el entorno auditivo
para reaccionar en función de este, comunicación entre los audífonos para
balancear los sonidos aumentando o disminuyendo dependiendo del origen de la
fuente sonora; control de feedback (para evitar los pitidos)
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